Nostalgia
- gauchabsas
- 4 jul 2023
- 1 Min. de lectura
Me parece que es una de esas cosas que nadie te avisa…
Los huesos, cuando se estiran, duelen. Los pies, cuando los zapatos dejan de entrar, duelen. Cuando los amigos eligen su vida y las cosas cambian, cuando no está mamá para hacerse bolita en sus brazos, cuando ya no vale despertarse un día y decir “hoy falto”.
Crecer. Desprenderse de lo que fue, dejar la piel de oruga y pasar a lo nuevo, por más brillante que se vea, duele. Son nada más y nada menos que cambios. Y sospecho que nosotros mismos, a más o menos consciencia, duelamos eso que dejamos de ser con cada uno. Seguro sea un duelo con cariño, agradecimiento, y ganas de lo próximo. Pero algo cambia y eso sacude. Y me digo que, capaz, solo registrarlo sea algo muy bueno.
